La crisis provocada por la COVID-19 ha puesto de relieve la importancia de proteger la salud en el lugar de trabajo, además de poner de manifiesto la fuerte interdependencia entre la salud laboral, la salud pública y las políticas de protección social, destaca la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
"La protección de la vida y la salud de los trabajadores es fundamental para la respuesta de la salud pública a la pandemia y la recuperación a largo plazo de la misma", señala.
Asegura que los Estados Miembros de la OIT están respondiendo, mediante medidas legislativas y normativas en el mundo del trabajo, a las cuestiones de salud y seguridad en el trabajo planteadas por esta situación.
"El principio general consagrado en la Constitución de la OIT de “proteger adecuadamente la vida y la salud de los trabajadores en todas las ocupaciones”, sigue siendo válido en la crisis, pero además ha pasado a ser la piedra angular de las respuestas nacionales de política", afirma.
Agrega que las nuevas normas especiales aplicadas por los Estados Miembros de la OIT para proteger la salud y la seguridad de los trabajadores pueden ampliarse o adaptarse, abriendo la posibilidad de aplicarlas más allá de la crisis actual.
"También es pertinente para el debate internacional en curso sobre el papel fundamental de las condiciones de trabajo seguras y saludables para lograr el trabajo decente para todos", apunta.